Después de ocho años de reuniones, gestiones, informes, estudios, proyectos.
Después de gastarse alrededor de un millón de euros en abogados, informes, pleitos, estudios y proyectos.
Después de pagar tres proyectos de urbanización, uno para contar las obras, otro para subir el precio y otro para bajarlo.
Después de tres proyectos de reparcelación, uno para darnos un susto y otros para subsanar los errores de los otros dos.
Después de todo lo anterior ha surgido un imprevisto que paralizara todo el proyecto.
LAS OBRAS SE TIENEN QUE PAGAR.
Este imprevisto con el que no contaba el equipo de gobierno hace que todo el proceso se detenga sin fecha.
El alcalde no quiere pedir un préstamo para pagar las obras mientras tanto nos lo cobra a nosotros.
Su solución es ponernos a la cola de un aval que prevé el INCASOL en la nueva ley de urbanizaciones, teniendo en cuenta que su presupuesto le permite solucionar solo 4 al año y hay más de 2000 pendientes, aunque nuestra ventaja es que tenemos la faena hecha la cosa va para muchos años.
Es increíble la improvisación y la poca atención que se le pone a un asunto de esta magnitud y que afecta a la calidad de vida y al patrimonio de tanta gente, cuesta de creer todo lo que esta sucediendo.